Procesión del Silencio

Era muy pequeño la primera vez que presencié la Procesión del Silencio, un evento impactante para quien comienza a conocer el mundo. Mi padre nos llevo a conocer a su familia, a los hermanos y hermanas de su papá. Habíamos viajado mucho y sabía que estaba muy lejos, me sentía en provincia, sentía que el olor era diferente, hacía mucho calor, las casas eran distintas, y el lugar me gustó. Era Semana Santa, las visitas de las siete casas (iglesias), día de ramos, buñuelos con cajeta, las calles llenas de gente, truenos de cuetes, enchiladas rojas y el centro de la ciudad con su Quiosco y sus monumentales árboles legendarios donde caminaban los chicos en un sentido, y las chicas en otro para cruzar miradas y enamorarse.